29/3/20

VALLE DE ARÁN


Incorporo al Blog un pequeño viaje realizado en el mes de julio de 2018 al Valle de Aran, en la provincia de Lleida, en moto por supuesto.
Aun no habíamos tenido ocasión de conocer la parte catalana de los Pirineos y específicamente este Valle con identidad e idioma propio, el Aranés, que es una variante del occitano y se viene hablando desde el Siglo XI.


La primera etapa hasta Burgos, una vez alcanzada la ancha Castilla, tuvo momentos singulares debido a la violencia de la lluvia torrencial, que nos acompañaría durante 200 km., especialmente a partir de Puebla de Sanabria.
Ya en las proximidades de Burgos, donde hicimos noche y callejeamos, una tormenta nos llevaba la delantera, dejando los campos de cereal cubiertos de granizo y grandes ramas de árboles arrancadas de cuajo.


Ya en tierras de la provincia de Huesca hicimos una parada en Boltaña. Su hermoso casco antigüo está situado en la cima de una loma y allí se estaba celebrando la XI Edición de la Feria Pirenaica de Luthiers, con un gran despliegue de grupos de musica tradicional de toda la zona pirenaica, Cataluña y Francia.
Un nutrido pasacalles conformado por  los grupos folclóricos y los músicos participantes recorrían las calles haciando sonar su música, a la vez que en los hermosos portales aporticados se exponían variados instrumentos.
Un grupo de Tarragona tocaban unas vistosas gaitas de "fole" similares a las de Galicia, Asturias y muchas zonas de Francia, especialmente de la Bretaña.



Galicia estaba magníficamente representada por las gaitas elaboradas en el Obradoiro de la familia Seivane, toda una institución en la exquisita fabricación de gaitas.
Esta familia oriunda de la Ribeira de Piquín en la provincia de Lugo, además de fabricar cotizados instrumentos, cuenta con una ilustre e internacional gaiteira, Susana Seivane.


Después de este agradabilísimo paréntesis en Boltaña, continuamos el viaje por la mítica N-260 (que discurre en paralelo a la cordillera montañosa desde Sabiñáñigo hasta Cataluña). Luego tomamos la  carretera de Graus (A-1605) y el Puerto de Bonansa. Cruzamos el puente sobre el Río Ribera Ribagonçana en dirección Norte y enlazamos con la N-230 en dirección a Vielha.



Cuando planificamos el viaje, intentamos que Vielha fuese el lugar elegido como alojamiento para todos los días de estancia, pero debido a que coincidimos con el paso del Tour de Francia, ya estaba todo reservado por la organización y los equipos del Tour.
A pesar de ello, aquí acudimos diariamente a cenar y una de las tardes a conocer y recorrer esta hermosa y bulliciosa capital del Valle.
Es evidente que se trata de una ciudad que vive por y para el turismo de montaña, prueba de ello es que dispone de muchos hoteles y establecimientos de material e indumentaria  para la práctica de los deportes de nieve y para el turismo de aventura. Las marcas más cotizadas, reconocidas (y pijas) tienen tiendas en Vielha.




Finalmente nos alojamos en Salardú, en el Hotel deth Pais, situado a 9 km. de Vielha, en la carretera C-28 que comunica con la estación de esquí de Vaqueira Beret, y este sería durante los días de estancia el punto de partida de todas las escapadas por la zona.
A diferencia de otras zonas turísticas del País, aqui sí se ha planificado de forma muy cuidadosa la urbanización de los pueblos, permitiendo casi con exclusividad la construcción en piedra, combinada con carpintería de madera y las carácterísticas  y muy pronunciadas cubiertas de pizarra.
La temporada alta aquí está vinculada al funcionamiento de las estaciones de esquí y muy concretante a Vaqueira Beret. En el mes de julio el número de turistas y visitantes es muy abundante en todo el valle, pero en todo caso no es para nada agobiante.



El primer día de estancia hicimos nuestra primera ruta de senderismo. Subimos en moto hasta Baqueira y allí tomamos el desvío a la izquierda por la empinada y sinuosa carretera C142B hasta Baqueira-Veret, donde estacionamos y comenzamos la ruta.


Al atardecer ya de regreso en Salardú, nos encontramos con un grupo de motoristas de la caravana del Tour de Francia.


Para el segundo día planificamos una visita al Parque Nacional de Aigüestortes y Lago San Mauricio.
Para ello ascendimos desde Salardú por la carretera C-28 con unas vistas prodigiosas sobre el fondo del valle, que ilustra la primera foto de esta entrada, disfrutando de un soleado y agradable día y de las curvas y tornantes hasta alcanzar el Puerto de la Bonaigua. La climatología nos tenía reservada una sorpresa para la tarde.



Desde el Puerto de la Bonaigua la carretera C-13 es descendente  e igualmente hermosa. Nos encontramos numerosos rebaños da vacuno que cruzan la carretera con indolencia, razón por la cual tomamos con tranquilidad el recorrido. Esta carretera comunica con Sort, pueblo muy conocido por la afortunada Administración de Lotería.
Nada más rebasar el pueblo de La Guingueta tomaremos el desvío a la derecha en dirección a Espot.
Desde Espot parten los todoterreno que conducen a los visitantes hasta el Lago San Mauricio (el tránsito de vehículos privados está prohibido), y lo hacen a velocidad endiablada y sin excesiva preocupación por esquivar los numerosos baches. Desde ahí ya comienzan las diferentes y muy exigentes rutas de montaña.



Pronto descubrimos indicios de tormenta de montaña, pero nosotros hemos venido en moto y dejado en el hotel los impermeables de lluvia. Aún así decidimos equiparnos con unos ponchos y realizar la ruta que nos ocupará todo el día.
El parque es impresionantemente bello, con inumerables arroyos y una densa masa forestal. Por su parte la ruta es muy pronunciada, con muchos tramos de escalones para salvar el desnivel.
A medida que vamos ascendiendo, la presencia de los nubarrones que anuncian una tormenta de montaña se van cerrando rápidamente  y decidimos dar la vuelta hacia el Lago y dar por concluida la oportunidad de recorrer y conocer una pequeña parte del Parque Nacional. En el trayecto de descenso hacia Espot descarga efectivamente la tormenta, que durará hasta última hora de la tarde.


Otra corta, pero muy interesante ruta que nos recomendaron el el hotel fue la visita a Saut deth Pish.
Para llegar a Plan des Artigues, que es la zona de aparcamiento para empezar la ruta, es necesario tomar en Vielha la N-230 en dirección a Francia.
En Pont d´Arros giramos a la derecha por la pista asfaltada de Varradós- Unhola, estrecha,con bastantes baches y en algunos puntos pendientes que deben superar el 15%, estupenda en definitiva para nuestra vieja trail.


El Río Varradós forma la cascada de Saut deth Pish entre montañas de porte imponente. Desde el aparcamiento cruzamos un puente de madera y tras un breve recorrido de 10 minutos alcanzamos el pequeño lago de montaña situado en la base de la cascada.


Ascendiendo hacia la cascada dejamos a la derecha el refugio construido en madera, así como unas hermosas y muy singulares plantas que no logramos identificar.
Disfrutamos esta bonita ruta, tanto en lo que respecta al tramo motero de pista hasta alcanzar Plan des Artigues, como el paseo a pie hasta la base de la cascada y todo su entorno. Además este día no nos Llovió!!!!


El último recorrido por los Pirineos Catalanes la reservamos para visitar el Vall de Bohí. En varios pueblos de esta hermosa y espectacular vertiente Pirenaica, la principal atracción son las iglesias románicas de influencia Lombarda, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.


Centramos la visita en Taüll, a cuya iglesia de Santa María, situada en el centro del pueblo, corresponden las dos fotografías superiores.


Finalmente visitamos la iglesia de Sant Climent de Taüll con un campanario de seis plantas y en su interior guarda la joya más importante del románico catalán. Nuevamente la amenaza de tormenta perfecta nos truncó la visita a otras iglesias del Vall de Bohí.
Y efectivamente, de regreso hacia Viella y Salardú, el diluvio universal se pricipitó sobre nosotros.

En el viaje de regreso hicimos parada en Briones (La Rioja) y esta vez sí nos respetó la lluvia. Concluimos un viaje con 3.600 km, pero que precisaría de una semana más para conocer un poco mejor los Pirineos de Lleida e incluso cruzar a Francia, pero otra vez será.
Hasta pronto.

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