Meaus, uno de los tres pueblos del Couto Mixto Visitamos en la última escapada por la Provincia de Ourense tres pequeños pueblos fronterizos con Portugal, en los cuales, desde mediados del Siglo XII hasta la segunda mitad del siglo XIX existió una república independiente de los estados de España y Portugal, el Couto Mixto. Iglesia parroquial de Santiago
Las tres pequeñas aldeas, como decía, Santiago y la de Rubiás pertenecen al ayutamiento de Calvos de Randín, Meaus por su parte pertenece al ayuntamiento de Baltar y se hallan situadas en el valle del Río Salas.
La singularidad más notoria que poseía el Couto Mixto era la constituida por el conjunto de sus privilegios: el de nacionalidad, derecho de asilo, libertad de cultivos, exención de sangre (este derecho les inhibía de la obligación de aportar hombres a los ejércitos de España o Portugal, ni siquiera en tiempo de guerra).
Otra particularidad de sus privilegios se articulaba en torno al camiño privilexiado -camino privilegiado- que aún se puede recorrer actualmente en su práctica totalidad. Este camino atravesaba los tres pueblos que conformaban el Couto hasta el pueblo portugués de Tourem y su finalidad era el de comercio neutral, donde no podían intervenir las autoridades fiscales españolas o portuguesas.
Delfín Modesto Brandón, último Juez del Couto Mixto
En lo civil, político, económico y administrativo, la máxima autoridad del Couto Mixto la ostentaba el Juez, elegido por los vecinos, en base a concordias firmadas por España y Portugal. Entre sus funciones estaba la de designar o confirmar a los seis "homes de acordos" -hombres de acuerdos- en número de dos por cada uno de los tres pueblos.
El archivo de todos los documentos de privilegios, concordias, así como los de caracter privado del Couto Mixto se custodiaban en el arca de madera, que estaba depositada en la sacristía de la Iglesia parroquial de Santiago. El arca se cerraba con tres llaves, cada una de las cuales era guardada por uno de los tres pueblos.
Casa de Tourem- Portugal
Las reticencias y desconfianzas mutuas entre España y Portugal consumaron el final para esta bella y singular historia de un territorio autónomo y libre con el Tratado de Límites de 1864, delimitando la línea fronteriza y dejando en el silencio más absoluto los antiguos privilegios del Couto Mixto.
En nuestra breve, aunque deseada visita, tuvimos el privilegio de acceder a la sacristía de la iglesia de Santiago con una vecina del pueblo que cordialmente se brindó a abrir las puertas de la iglesia, escenario en otro tiempo de los acuerdos de autogobierno.
No quiero dejar de mencionar antes de concluir esta entrada, el magnífico trabajo de investigación llevado a cabo por un insigne galleguista, Luis Manuel García Mañá, cuya contribución ha sido imprescindible y necesaria para impedir que la historia de esta república galaico portuguesa cayese en el más absoluto de los olvidos. Su libro "Couto Mixto, unha república esquecida" ha despertado el interés por esta parte tan importante de nuestra historia.
Gracias al rigor histórico de su trabajo de investigación, pero también sin duda al espíritu romántico que anida en su corazón, conocemos hoy una parte importante de la historia de este pequeño reducto, cual pequeña aldea de Axtérix, que durante siglos pervivió en la frontera.