7/10/09

De regreso



Impregnados del olor a uva fresca continuamos el viaje de retorno por la poco transitada autovía A-24 a la que nos incorporamos en Peso da Regua y dejaremos en Chaves para adentarnos en tierras españolas y comer en Verín (Orense). Cuando llegamos a casa, hemos recorrido 780 km.
Atrás queda el bello Douro, esencia de toda la región y la vena que nutre una de las zonas vinícolas más bellas que puedan conocerse y sin lugar a dudas con más historia, tradición y reconocimiento.
Con cada trago del excelente vino producido en cualquiera de las quintas que salpican las laderas, saboreamos el esfuerzo del cultivo y de la elaboración cuidadosa, pero también el de las mujeres que vendimian en posturas imposibles y el de los hombres que lo transportan sobre sus hombros a los camiones sorteando las estrechas terrazas Pero sobre todo no podemos olvidar el trabajo épico de las personas que modelaron el paisaje construyendo con sus manos cientos de km. de sólidos muros sobre los que se asientan las viñas.
Amigos y amigas moteros/as, la Región del Douro Vinhateiro está ahí, a un tiro de piedra. Las carreteras son de lo más apropiado para disfrutarlas en moto, con tranquilidad y mucha cautela, porque son estrechas y sinuosas. Además detrás de cada curva se descubre una vista diferente que compite en belleza con la anterior y que invita siempre a detenerse. Buena gastronomía y precios muy razonables.
Todas estas razones son suficientes para acercarse a conocer esas hermosas tierras y sus gentes.
¡Viva el vino!

1 comentario:

M.Eugenia dijo...

Me quedo con la última frase ¡viva el vino!,la cantidad de cosas que nos aporta.
Saludos