21/6/19

RUTA DO SENDEIRO DA MOURA (ARBO) PONTEVEDRA



Cuando este blog parecía encontrarse en situación clínica ya mortecina, decidimos rescatarlo con otra breve crónica senderista.

La ruta del Sendeiro da Moura tiene principio y fin en el puente de San Xoán, situado sobre el Río Deva y que es a su vez afluente del cercano Miño.

Huelga decir que el punto de inicio es espectacular. Allí confluyen el histórico y armonioso puente, con un antiguo molino y un área recretativa amorosamente protegida por los frondosos árboles de ribera, que ofrecen una reconfortante sombra.

La ruta consiste en 10 Km que iniciamos con la protocolaria y habitual foto  de partida, acompañados de nuestros inestimables guías Vladi y Merchi, que reiteradamente nos vienen mostrando los innumerables y cercanos paraisos de toda la provincia.

Comenzamos la sencilla ruta en sentido ascendente, por el margen derecho del río Deva hasta alcanzar un tramo de carretera que cruzaremos para retomar y seguir la señalización del sendero. Encontramos a continuación un corto tramo cubierto por las retamas, pero guiándonos por la intuición y perseverancia de nuestros guías pronto descubrimos nuevamente la señalización que nos conduce al "buen camino".

Volvemos a alcanzar el refrescante margen del río, que seguimos entre alisos, laurel y helechos.

Pronto alcanzamos la aldea de Sande, rodeada de huertos, corrales y viñedos.

Es un pueblo fértil y verde, salpicado por los cerezos cargados de sus frutos lujuriosos.

Vamos ascendiendo dejando atras Sande y rápidamernte ganamos altura hasta alcanzar el punto más elevado de la ruta. Desde allí  y a nuestra derecha tenemos una bonita panorámica del valle.


A partir de ese punto, el resto de la ruta discurrirá en descenso en dirección a la aldea de San Xoán. Basta con seguir el sendero magníficamenbte señalizado.

En ese descenso nos encontraremos, como en otras rutas anteriores, con la huella que los desaprensivos abandonan con inusitada frecuencia en zonas donde resulta improbable pillarlos con las manos en la masa.

Cruzamos San Xoán, una bella aldea de casas construidas en elegante granito magníficamente tallado. El el Río Deva nos recibe nuevamente, la imagen contrasta de forma notable con la anterior y recuperamos la armonía.

Innumerables rincones invitan a detenerse a contemplar el paisaje y escuchar el murmullo del agua.

... o los vestigios de antiguos molinos, que en otros tiempos han sido puntos de encuentro de los vecinos y constituido las redes sociales de entonces.

Entre las abundantes digitalinas y variadas flores primaverales concluimos la ruta, solo falta un último acto para darse el merecido fin....

Y sí, una suculenta churrascada pone colofón a una hermosa mañana de caminata en la que nuestros amigos nos han conducido una vez más por reconfortantes senderos acompañados por la fragancia de la primavera.
Hasta pronto.




 

No hay comentarios: