27/9/17

Ruta Fluvial del Río Tea

Aquí estamos nuevamente después de un prolongado pero voluntario periodo silencioso. Lo hacemos con el afán habitual de alimentar con nuevas entradas este blog, mediante el cual compartimos escapadas moteras y rutas de senderismo.

Para este reencuentro blogueril, nos disponemos a recorrer en la mejor compañía la Ruta del Río Tea, un agradabilísimo sendero fluvial que tiene punto de inicio y fin en el hermoso pueblo de Mondariz Balneario, en la provincia de Pontevedra.
Para iniciar la caminata, se bordean las pistas polideportivas situadas en el paseo fluvial, en pleno corazon de Mondariz Balneario.
Cruzamos un pequeño puente de madera para entrar en el sendero, que en una parte considerable del recorrido ha sido acondicionado con tableros y pasarelas de madera y nos protegerá en toda su longitud la sombra acogedora de los robles, castaños y los abundantes alisos.
Pronto encontramos el puente metálico de As Amolares. No es preciso cruzarlo, pero sí aconsejable, porque desde el centro ofrece una hermosa panorámica del río, que a inicios del otoño discurre exigüo por la prolongadísima sequía.


Un km. aguas arriba encontramos el singular puente de A Poceira, que como en el caso anterior dejamos a nuestra derecha, para seguir en sendero hacia el área recreativa de Riofrío.

Dejando a nuestra espalda el área recreativa alcanzamos a Ponte do Val, que atravesamos bajo uno de los arcos.

En el monumental y hermoso Puente de Cernadela con sus cinco arcos y recios contrafuertes, se produce el reencuentro con la historia.
Tiene su origen en la época de dominio romano y por él discurrió la ruta romana XVIII, conocida también como Ruta de Antonino, que comunicaba originariamente Braga con Astorga. El puente actual data del Siglo XV con posteriores reformas acometidas en el siglo XVIII.

Tampoco cruzamos el Puente de Cernadela, pero en la orilla opuesta contemplamos la pequeña playa fluvial de O Ceo
Ciertos hábitos perduran en este cuarteto caminante. Uno de ellos consiste en las frecuentes entradas en "modo japonés".
Sirva esta foto como ejemplo, en la que la modelo posa indiferente y ajena ante la febril actividad de los reporteros.

Cuando alcanzamos los Pasos de Tatín cruzamos el río Tea para iniciar el regreso por el margen izquierdo.
Los Pasos de Tatín constituyen en sí mismo un motivo suficiente para hacer esta ruta fluvial. Está contruido con grandes bloques de granito, aqui llamados poldras, dispuestos el fila para permitir el paso de los vecinos del río así como el paso del agua.
Desde ese punto desandaremos el camino hasta alcanzar nuevamente el Puente de Cernadela que esta vez sí lo cruzamos y tomamos el sendero original que nos conduce al punto de inicio de la ruta.
Como comentaba al principio, la ruta Fluvial del Río Tea discurre bajo el amparo del frondoso bosque, sin desniveles apreciables y en muy buen estado de conservación.
Todo ello lo hace propicio para ser recorrido y es muy aconsejable debido a que apenas se percibe haber caminado alrededor de 16 km. acompañados permanentemente por el murmullo del agua.
Hasta siempre.


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