31/7/14

Grandas de Salime y Oscos en Moto


Por fin podemos hacer una escapada. Después de varios meses en los cuales por muy diversas razones hemos estado en dique seco, decidimos aprovechar los tres días de descanso consecutivos coincidiendo con la festividad de Santiago para, simulando a los surfistas, acudir a la búsqueda de las grandes curvas.
Nada mejor para garantizar tales curvas que la cercana y hermosa Asturias a la que vamos acceder por la carretera LU-530 que desde Lugo nos va a conducir por A Fonsagrada. Esta carretera es una vieja conocida para nosotros y particularmente para mí, innumerables veces transitada desde la infancia.


Después de recorrer 24 km. desde Lugo, llegamos a Castroverde y desde el centro de esta villa nos desviamos a la derecha por una estrecha carretera para visitar Vilabade que está a 1 km. de distancia, donde está ubicada la monumental Iglesia de Santa María, construida en 1557 y popularmente conocida como la "Catedral de Castroverde".


En esta comarca no proliferan las construcciones religiosas  de cierta espectacularidad, pero la Iglesia de Vilabade constituye sin lugar a dudas una singular excepción. En la fachada destaca poderosamente el pórtico renacentista de cinco arcos, al cual se accede por una elegante escalinata central.


Anexo a la iglesia se halla el Pazo de Vilabade, contruido en el Siglo XV y utilizado originariamente como hospital para atender a los peregrinos debido a su situación en el corazón del Camino Primitivo.


El Pazo de Vilabade es en la actualidad un elitista establecimiento de turismo rural para huéspedes privilegiados .


Retornamos a Castroverde  para continuar nuevamente por la LU-530 y  alcanzamos el Alto de A Baqueriza de 836m. Es el primero de los tres puertos de montaña situados entre Lugo y A Fonsagrada.



El segundo puerto está situado en A Fontaneira (936 m.), donde antiguamente eran muy abundantes los lobos.
Nos detenemos frente a un hermoso horreo con cubierta de paja de centeno, cuyo uso común y tradicional ha sido como despensa, debido a la frescura que le proporcionaba el aislamiento natural.


Diez km. antes de llegar A Fonsagrada alcanzamos el Alto de Cerredo que se alza a 960 m. sobre el nivel del mar. Hemos pasado en muchas ocasiones por este puerto, aunque esta es la primera vez que lo hacemos en moto.


Aunque por altitud no es de los puertos de montaña gallega  más relevantes, Cerredo ofrece quizás las vistas más espectaculares y sobrecogedoras de la montaña lucense y leonesa, especialmente en los crudos y gélidos inviernos.
En esos días de clistalina nitidez del corazón del invierno, la excepcional panorámica nos permite admirar en un ángulo de doscientos grados multitud de pequeños pueblos que salpican el paisaje montañoso y al fondo la Sierra de Os Ancares con las altas crestas coronadas por la nieve.
En esta ocasión, las vistas estabán difuminadas por una espesa calima que impedía admirar y fotografiar la panorámica que brinda este lugar. Volveremos.

Dejamos atrás A Fonsagrada, cuna del Butelo. Se trata de una contundente delicia gastronómica elaborada a base de costillas de cerdo picadas, generosamente adobadas y picantes y cuyo recipiente es el propio estómago o el intestino grueso de este animal. A Fonsagrada dedica anualmente un fin de semana a la exaltación gastronómica de este contundente manjar.
Llegamos  al Alto do Acebo (1050 m.) y vamos encontrando continuamente peregrinos que esán realizando en sentido contrario a nuestra ruta el Camino de Santiago, como ya hemos comentado, por la ruta primitiva.
Desde O Acebo comienza el descenso hacia Grandas de Salime, que ya está cerca.


Decidimos no obstante tomar una desviación a la derecha para acercarnos al minúsculo Concello de Negueira de Muñiz, en la ribera del Río Navia, que divisamos por primera vez.
Retornamos a tomar la carretera de Grandas, pasamos por esta villa y continuamos el descenso 6 km. por la serpenteante carretera entre verdes manchas de bosque hasta la presa, donde está nuestro alojamiento.


Allí tenemos reservada habitación en el Hotel as Grandas, construido en una amplia explanada sobre la vertiginosa pendiente rocosa en un emplazamiento ciertamente privilegiado sobre el Embalse de Grandas.


Nos asignaron una habitación muy cómoda y completamente equipada. Todas las instalaciones están pulcramente cuidadas y el cuarto de baño dispone de secador de cabello, circunstancia esta última que personalmente me resulta indiferente.

Desde la habitación tenemos una excelente panorámica sobre la presa y también sobre la amplia terraza, donde algunos esforzados peregrinos leen y descansan merecidamente tras una dura jornada de caminata.
El amable trato que nos dispensa el personal del hotel, el precio (45€, IVA Incluido), todo ello unido a la excepcional ubicación, así como el hermoso entorno, constituyen sobradas razones para aconsejarlo y muy especialmente a quienes viajan en moto.


Tras acomodar el equipaje y realizar el necesario acicalamiento después de una calurosa jornada motera, subimos hasta Grandas donde nos aguarda un ILUSTRE anfitrión, que había conocido personalmente en la Concentración Invernal  ESKIMÓS 2012 en Portugal.
Nos espera  Roberto Naveiras, uno de los grandes viajeros en moto de este país, con quien tendremos el privilegio de compartir una agradable tarde-noche.
Visitad su pagina web, donde narra de forma magistral, con prosa fluida e inspirado lirismo sus innumerables viajes y experiencias a lo largo y ancho de la vieja Europa encima de su fiable Suzuki V Strom.
Insistimos en que lo pasamos estupendamente en su compañía y ha sido un excepcinal cicerone.


A la mañana siguiente bajamos hasta la presa construida en la década de los 50 del pasado siglo entre las empinadísimas laderas rocosas cinceladas por el Río Navia.


Desde el original mirador puede contemplarse el muro de la presa y una parte de las instalaciones eléctricas, así como los edificios de servicios de la presa colgados sobre la ladera, que se encuentran en estado ruinoso y que habrán vivido mejores tiempos cuando se levantó esta infraestructura.


El Navia sigue su curso al encuentro del Cantábrico entre densas zonas arboladas y escarpadas rocas. Corriente abajo cuenta con otros embalses que impiden el ascenso de desove a los salmones, tan abundantes en este hermoso río en tiempos pasados.


Subinos por última vez a Grandas, Villa hermosa que nos ha encantado por varias razones:
El buen trato recibido; la impagable e inolvidable compañía de Roberto; el coqueto Bar Jaime, magníficamente ambientado con música clásica al más puro estilo amanecista mientras compartíamos un sabroso mencía y por último, la monumental Colegiata de San Salvador, que constituye el eje sobre el cual se vertebra la Villa.


El magnífico Museo Etnográfico de Grandas es digno de una  visita inexcusable. Fue fundado en 1.984 por José María Naveiras (Pepe o Ferreiro), después de haber reunido una extraordinaria colección de objetos que fue incrementando posteriormente con ilusión y tenacidad hasta el año 2010 en que dejó de dirigirlo. Actualmente forma parte de la red de museos del Principado.



En la Plaza de Santa Eulalia de Oscos está expuesta una hermosa escultura que los ferreiros de la zona diseñaron y dedican en merecido reconocimiento a Pepe o Ferreiro.


Tras la interesantísima visita al Museo Etnográfco, salimos en dirección a Boal, circulando por la AS-13 que nos llevará en paralelo al Río Navia. Roberto decide hacer de guía hasta Pesoz donde finalmente nos despedimos enormemente agradecidos por su generosa compañía.



Dejamos atrás el embalse de Doiras, cuya vista afea la bruma. En Boal comemos un exquisito potaje de rabizas en el Restaurante Prado. El precio total del menú de ambos asciende a 22 €, fantástico.
Desde Boal tomaremos a continuación la AS-22 para desviarnos a continuación hacia el Puerto de A Garganta (905 m.) hacia Santa Eulalia de Oscos,nuestro destino del día.
En el tramo comprendido entre Boal y A Garganta circulamos sumergidos en una  niebla espesa como el puré de guisantes que impide la visión más allá de la rueda delantera de la moto y donde por añadidura abundan los animales sueltos que encontramos en varias ocasiones cruzando la estrecha y bacheada carretera, así como un considerable tránsito de vehículos debido a la celebración de una feria de ganado en el citado puerto.

En el descenso desde A Garganta hacia Santa Eulalia de Oscos, conocida también como Santalla, desaparece la niebla e inusitadamente nos encontramos debajo de un sol radiante y disfrutando nuevamente de una agradable temperatura.



Santa Eulalia es la villa principal de la Comarca de los Oscos. Es una villa hermosa que dispone de excelentes infraestructuras vinculadas con el turismo y particularmente con el turismo rural. Los cuidados edificios respetan escrupulosamente las raíces de la arquitectura tradicional.
Está situada en la zona más occidental de Asturias en el límite con Galicia. Todo el entorno de esta comarca está conformado por verdes valles y frondosos bosques donde abundan ríos de aguas cristalinas. Constituye toda la comarca un paraíso natural.
En Santalla nos esperan familiares que nos acogen con su acostumbrada hospitalidad y cariño y pasamos con ellos una jornada muy agradable.



Tomamos la carretera desde Santa Eulalia en dirección a Fonsagrada y cuando llevamos recorridos aproximadamente 2 km. encontramos un cruce bien señalizado a la derecha que nos lleva a Ferreirela de Baixo, distante 400 metros, donde está la casa natal del Marqués de Sargadelos, D. Antonio Raimundo Ibáñez Llano y Valdés, que nació en esa casa en el año 1749 y contruiría posteriormente en Sargadelos una fábrica de hierro y posteriormente de cerámica.
La casa natal es actualmente un museo dedicado a la divulgación de la obra de su ilustre propietario, así como  a difundir el modo de vida ancestal de esta zona occidental de Asturias.



En Ferreirela de Abaixo se palpa el sosiego y la belleza de las armoniosas construcciones pero también el elevado sentido de la estética de sus moradores.


Abandonamos Ferreirela siguiendo la estela de Ángel y su magnífica Vespa cuidadosamente restaurada, porque nos lleva a conocer otra pequeña aldea de parecido nombre: Ferreira.



Ferreira es una pequeña aldea, actualmente casi deshabitada. Está situada en la suave ladera sobre una pequeña presa de un río, donde es posible alquilar canoas para navegar el corto tramo tranquilo del cauce.
Las añejas casas de piedra y los omnipresentes y bellos horreos forman un conjunto de indudable belleza.


Regresamos nuevamente por Fonsagrada disfrutando las 365 curvas que alguien al parecer se ha molestado en contabilizar, hasta Lugo. Circulamos entre bosques donde coexisten las coníferas en armoniosa hermandad con frondosas manchas caducifolias.
Hemos cruzado durante estos tres días numerosos grupos de moteros que aprovechan el excelente estado de estas carreteras y sus infinitas curvas para pilotar sus agresivas R.
Otros muchos, como nosotros, viajan con motos equipadas con voluminosas maletas aptas para viajes y normalmente lo hacen con mayor quietud, admirando el paisaje y disfrutando la libertad que nos brinda viajar en moto. Más partidarios en definitiva de recorrer que de correr.


Estrenamos ambos en esta escapada cascos modulares Shubert C3 que nos han sometido a una tortura insufrible y permanente.
En cuanto al comportamiento de la moto, nos encanta su ligereza, la comodidad general y la excelente maniobrabilidad en todo tipo de carreteras, una gozada que nos deja con ganas de más, aunque las maletas laterales resultan insuficientes para viajes de mayor duración.
Hasta pronto.

3 comentarios:

Slow Rider dijo...

Bueno bueno bueno... esto lo conozco bien incluso al anfitrión jejeje... me alegro disfrutaseis del viaje.
Abrazotes.

Gelu dijo...

Bueno bueno bueno...menudos tres días. Además de los rincones tan chulos que ofrece esa zona, a salto de dos tierras hermanas, veo que el tiempo os acompañó.
Que problemas os han dado los cascos??
Saludos, y mil gracias por llevarnos de ruta.
Gelu.

Roberto dijo...

Muchas gracias por los comentarios que me dispensas pero no creo yo que mi humilde persona merezca tanta loa :-D
En cualquier caso me alegro de que hayáis pasado por aquí y de que hayáis disfrutado de vuestra estancia en esta tierra.
Nos vemos en Eskimos.
Un abrazo
Roberto