14/10/13

Senderismo hacia el Monte Maluro

Esta entrada recoge la última salida senderista aprovechando un fin de semana soleado y de temperatura suave, de lo más apropiado  por lo tanto para disfurtar de la montaña.
El lugar elegido esta vez han sido las Tierras de Trevinca donde se sitúa el punto más elevado de Galicia, Peña Trevinca con sus 2.127 m.
Desde Ourense tomamos la N-120 hasta  A Rúa, un pueblo asentado sobre la ribera del Río Sil. Desde A Rua nos desviamos por la carretera OU-533 en dirección a Viana do Bolo y A Gudiña. Cuando alcanzamos el Alto de O Covelo giramos a la izquierda por la OU-804 en dirección a A Veiga, donde tenemos reservado Alojamiento en el Hostal As Chairas


El punto de partida elegido para esta ruta está en Vilanova, situada a 1.220 m de altitud y que contituye la cabecera principal de las rutas que conducen hacia el Macizo de Trevinca
El alojamiento de referencia para senderistas y montañeros que realizan rutas o expediciones en esta zona y concretamente en Vilanova es O Trisquel, que consiste en una añeja y hermosa casa de turismo rural restaurada con excente gusto, así como dos apartamentos estupendamente equipados con capacidad para 6 personas cada uno de ellos. 
Todo este complejo está magníficamente atendido por Cholo y Marcos, siempre en la mejor disposición para cuidar y aconsejar a los visitantes. Desafortunadamente acordamos con Vladi y Merchi realizar la ruta un día antes de partir y no fue posible por este motivo hacer reserva.

  
Desde aquí tenemos planificado subir al Monte Maluro (1.931 m.) consistiendo la ruta en una distancia aproximada de 15 km.


  
Entre Vilanova y el Monte Maluro la ruta está conformada por suave pendiente para superar los 700 m. de desnivel en los 7,5 km. de que consta el trayecto de ascensión. Deberemos recorrer posteriormente la misma distancia en el trayecto de regreso.


Las verdes praderas de brezo nos permiten divisar bajo las sombras de las nubes el objetivo de la ruta, la cima del Monte Maluro.

  
La ausencia de árboles y las delicadas ondulaciones de la montaña nos va ofreciendo en el transcurso de la ascensión bonitas vistas a ambos lados.


Este magnífico ejemplar de Serbal de los Cazadores Sorbus aucuparia, que encontramos cuando alcanzamos la última parte del recorrido, ha sido motivo de parada obligada por su oronda belleza.
El Serbal de los Cazadores está bastante extendido en las zonas de montaña de Galicia y cuando los frutos maduran, como en este caso, presenta un colorido excepcional. Constituye una de las fuentes de alimento más suculentas para muchas especies de aves hasta bien entrado el invierno.
Los frutos se utilizan aquí para la elaboración de mermeladas, pero los rusos le confieren otras aplicaciones más contundentes como la fabricación de vozka. En lugares donde se producen precipitaciones torrenciales, se utiliza el Serbal para fijar los terrenos inestables. Se trata en consecuencia de un árbol muy apuesto y además de variadas y utilísimas propiedades.




Después de las fotografías de rigor en torno al Serbal, ya divisamos la cumbre del Maluro a un escaso km. de distancia. Encontramos la última señalización que nos indica hacia la derecha la ruta hacia nuestro destino de hoy y también hacia Peña Trevinca, que dejamos para una próxima escapada.



La cumbre del Maluro nos recompensa con excelentes vistas en todas direcciones y con una vivificante brisa para disfrutar de un rato de agradable conversación en compañía de Vladi y Merchi.


Y son ellos quienes como de costumbre ofician de encargados de preparar la intendencia para reponer fuerzas como marca la tradición, con generosos bocadillos de jamón serrano, queso y fruta


El camino de regreso no ofrece ninguna dificultad, ya se sabe que cuesta a bajo todos los santos ayudan, pero en cualquier caso nos permite detenernos a contemplar el extenso horizonte con las luces de la media tarde.


A la mañana siguiente desde la ventana del hostal tenemos esta vista del Pantano de Prada con la villa de A Veiga al fondo. Los primeros rayos del Sol disipan la fina capa de niebla que cubría el embalse.
Cabe comentar que la tarde-noche  anterior nos resultó imposible conseguir que ninguno de los bares de A Veiga se brindasen a ofrecernos algo para cenar, pese al rimbombante cartel que anuncia este pueblo como enclave turístico. 
Nos vimos obligados a hacer compra en la tienda del pueblo e improvisar un alegre y festivo picnic para no irnos a cama con el estómago vacío.



Aunque ya la conocemos de una anterior escapada, nos acercamos a visitar la original Casa do Bailarín situada en la parte alta de A Veiga, a cuya construción su propietario dedicó mas de 25 años.
Esta construcción  inspirada en las obras modernistas de Gaudí está recubierta de miles de pequeñas piedras, cerámica, trozos de ladrillo, vidrio y otros materiales de diferentes colores y tamaños.
No hay ninguna señalización de su emplazamiento, algo que resulta insólito por la originalidad y belleza de esta casa, actualmente en estado de abandono.


Otra de las visitas obligadas en A Veiga es la panadería situada en el centro del pueblo, en la carretera general.
El afable propietario nos mostró el obrador antes de entregarnos los suculentos Montonicos, el dulce original de esta casa, fabricado con hojaldre, merengue y duce de leche que habíamos encargado como es preceptivo el día anterior.


Para quien visite A Veiga, es imperdonable abandonar esta villa sin llevar su postre tradicional, el Montonico.


La última visita antes de abandonar las Tierras de Trevinca es un corto paseo hasta a Cántara da Moura, muy bien señalizada a la entrada del puente que conduce al pueblo de A Veigapor donde tomamos a la derecha la carretera que comunica con el pueblo de Corzos.


Tras caminar alrededor de 500 metros divisamos el puente que hemos dejado detrás y ya vemos las formaciones de redondeados y enormes bloques de granito que configuran el paisaje en la desembocadura del Río Corzos sobre el Pantano de Prada.


Entre las caprichosas formaciones contemplamos alguna de indudable erotismo. En este punto coincidimos con un grupo de cuatro simpáticos visitantes que inician con nosotros la visita a la Cántara da Moura en animada y agradable conversación. Desde aquí les enviamos un afectuoso abrazo.

El Río Corzos ha tallado en la roca curiosas formas, cuevas y pequeñas cavidades sobre las cuales se precipita el agua antes de encontrarse con el Río Xares, del cual es afluente.


En el viaje de regreso optamos en Monforte de Lemos por tomar la carretera en dirección a Chantada para comer en Casa Pepe, situado dos km. antes de cruzar el puente sobre el Río Miño ya en las proximidades de Chantada.
Las especialidades de la casa son las codornices, las anguilas y el churasco de ternera, por el cual nos decidimos de forma unánime.


El postre estrella de Casa Pepe es el Pijama. En realidad se trata de un multi postre  "de dieta" compuesto por helado, melocotón, piña, barquillos y flan. Este suculento postre nos pone nuevamente de acuerdo en la elección.


Hacemos una breve parada en la orilla del Miño con las extraordinarias vistas hacia A Ribeira, como llaman en esta zona a los hermosos viñedos que se descuelgan en socalcos sobre las aguas.
Teníamos el propósito de hacer una ruta fluvial en el catamarán que recorre un tramo del río pero estaba ya realizando la última singladura del día.

Dos elegantes cisnes nos despiden antes de iniciar el regreso a casa. Así concluye otra escapada muy bien aprovechada y agradable en todos los sentidos.
Hasta pronto.

4 comentarios:

montila dijo...

Bonita ruta e impresionantes vistas, un lujazo de reportaje.
saludossss.

montila dijo...

Bonita ruta e impresionantes vistas, un lujazo de reportaje.
saludossss.

Anónimo dijo...

No se puede dejar enfriar las botas,nos esperan muchas aventuras y alguna que otra anédocta.Como siempre menudas fotos,te vas superando.Merchi y Vladi.

CARLOS dijo...

Se me hace la boca agua, perdón, venía a comentar una ruta, pero se me ha ido la vista (lo confieso) a ese postre y esa comida y esos bocatas enormes, jajja. Anoto, anoto, habrá que ir a hacer un descubrimiento de esa zona, además tengo pendiente subir Trevinca desde Galicia, ya lo hice desde Zamora, y vi un cartel que apunta hacía esa dirección. La fotos preciosas como siempre. Un abrazo.

Pdt.- Cuantas tartas serían? (de manzana digo, jajjaja)