12/6/10



El calor y los km. de senderismo acumulados nos secaron la garganta. Así que después de vaciar unas deliciosas jarras de cerveza tomamos carretera siempre en suave ascenso, entre pastizales con vistas al mar alcanzamos el Monasterio de Monfero.

Nada más llegar, llama nuestra atención la monumental fachada barroca de la iglesia anexa al Monasterio. Se alternan las piedras rectangulares de granito con planchas de pizarra que le confieren un aspecto ajedrezado muy original. Están restaurando el resto del recinto y por ello se encuentra cerrado al público, nos quedamos con las ganas de haber visitado el claustro, una lástima.

Ya de regreso a Puentedeume, después de la ducha vivificante terminamos la larga jornada cenando en una terracita y con un paseo por las callejuelas abarrotadas de gente.

Dormir fue un intento infrustuoso. Debajo del hostal se apostaron los energúmenos del botellón que no dejaron de vociferar toda la noche. Allí seguían algunos a las 10 de la mañana cuando desayunamos. Esa situación se repite cada fin de semana y muchas noches de verano en que los vecinos no pueden descansar. Y sucede sin que los politiquillos mal nacidos afronten sus responsabilidades y tomen las medidas necesarias para evitarlo.

Asi terminó un inolvidable día por las Fragas do Eume.

2 comentarios:

M.Eugenia dijo...

Que Monasterio mas bonito, la primera foto preciosa.
Saludos

Dylan dijo...

Fantásticos locais aqui perto do meu país - Portugal. Só conhecia esses dois mosteiros de livros e revistas.